La imagen que de los cementerios tenemos a veces es gris. El gris de la piedra, del cemento, del hormigón, de los caminos… pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en el que, en algunos cementerios, brillaban los colores, los que procedían de la multitud de azulejos cerámicos que cubrían los nichos y algunas de las sepulturas a ras de suelo del camposanto. El azulejo, menospreciado en su humildad, fue durante decenas de años, el material escogido por las gentes para endulzar la muerte, para dar una nota de color al lugar donde se deposita el recuerdo. El presente estudio pretende realizar una caracterización de los tipos de azulejos que se usaron en los cementerios españoles por medio de lo que se practicó en una parte del territorio valenciano: concretamente, cien cementerios de la provincia de Castellón.